La erección nocturna es un proceso totalmente natural y habitual en los hombres sanos, por el que el pene se endurece de forma autónoma mientras dormimos. Este fenómeno es señal de una buena salud sexual, aunque a veces puede resultar molesto o incluso doloroso.
Si hay algo que nos ha pasado a prácticamente todos los hombres es despertar por la mañana con una erección considerable y sin un motivo concreto. Algo que, en ciertas circunstancias, puede suponer algo embarazoso, especialmente si nos despertamos al lado de una persona que no sea nuestra pareja. Peor aún es que se produzcan estas erecciones en circunstancias en las que nuestro pene debería estar relajado por motivos de salud.
El principal problema que afrontamos los hombres en estas circunstancias es que no es fácil controlar este tipo de erecciones. No obstante, sí hay algunas cosas que puedes hacer para tratar de reducir su presencia.
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De qué estamos hablando
Lo primero que debemos saber es lo que causa este tipo de erecciones nocturnas y por qué son importantes para nosotros. Esta erección nocturna, conocida técnicamente como tumescencia peneana nocturna, es un tipo de erección que se produce durante el sueño, de forma autónoma y sin necesidad siquiera de que estemos soñando con algo relacionado con la sexualidad.
Según los diferentes estudios realizados al respecto, estas erecciones se producen durante la fase MOR del sueño, también conocida como fase de sueño ligero. Esta es una de las fases más extensas de nuestro descanso, lo que explica que durante el sueño se produzcan de 1 a 5 erecciones por noche, con una duración estimada de unos 15 a 40 minutos cada una.
Es importante saber que este tipo de erecciones no solo no son nocivas, sino que su presencia demuestra una buena salud del hombre, en términos sexuales. Como prueba, aquellos hombres que no tienen este tipo de erecciones suelen padecer de disfunción eréctil y de otras enfermedades similares, como la eyaculación precoz.
Cuándo se deben controlar las erecciones nocturnas
Aunque es cierto que las erecciones nocturnas son una buena noticia, hay ciertas circunstancias en las que su presencia puede no ser adecuada. Una de ellas tiene que ver con la vergüenza que nos pueda suponer despertar totalmente erectos, sobre todo dependiendo de con quién nos despertamos o de las personas que nos acompañen en ese dormitorio.
No obstante, los casos más graves en lo que a la erección nocturna se refiere tienen que ver con causas médicas. Entre ellas, tenemos las operaciones sobre el pene, tales como las de fimosis, circuncisión o las operaciones de cirugía reparadora realizadas sobre el miembro. En estas circunstancias, es fundamental para la buena recuperación del paciente que este no tenga ninguna erección, ya que estas pueden romper los puntos y suturas realizadas y causar dolor al paciente. Así que en estos casos sí sería útil limitar estas erecciones nocturnas, o al menos intentarlo.
Planificar el descanso
Entrando ya en los consejos para tratar de controlar esas erecciones nocturnas, empezamos hablando de la importancia de planificar nuestro descanso. La idea es tener clara la hora a la que nos vamos a acostar, a fin de planificar la ingesta de líquidos adecuadamente.
La idea detrás de este consejo deriva de una adecuada gestión de la producción de orina, ya que su retención puede causar erecciones involuntarias. Pensemos que durante la noche esta orina se irá acumulando en la vejiga, llegando a tener esta un tamaño o un calibre que pueda apretar la zona base del pene e influir en la presencia de estas erecciones nocturnas.
Por igual motivo, es fundamental que vayamos al baño antes de acostarnos, aunque no tengamos muchas ganas. El objetivo es expulsar el máximo de orina de nuestra vejiga, siempre sin hacernos daño, a fin de que la orina generada durante la noche no desencadene los problemas que venimos comentando.
Alimentación
Otro aspecto interesante es que las cenas sean más bien ligeras y no se ingieran alimentos que requieran de procesos digestivos complejos. Pensemos que cuanto mayor sea la cantidad de comida de la cena y más compleja resulte su digestión, más sangre se va a movilizar en el proceso digestivo. A veces, esta sangre puede acabar irrigando la zona del pene y fomentar la presencia de este tipo de erecciones.
Por otra parte, relacionado con el consejo anterior, es importante que no consumas demasiados líquidos durante esta cena o antes de dormir, ya que incrementaremos los problemas relacionados con el llenado y la presión de la vejiga que hemos comentado.
La postura
La postura al dormir puede ser otro de los desencadenantes de una erección nocturna. Aquellas personas que duermen boca abajo, por ejemplo, realizan una fricción sobre el miembro que puede contribuir a dichas erecciones. Pensemos que, aunque en teoría dormimos sin movernos, en la práctica es habitual que nos movamos un poco, nos recoloquemos o cambiemos ligeramente de postura.
Como alternativa, se recomienda descansar de lado y a una distancia adecuada de nuestra pareja, si no dormimos solos. Esto ayuda a reducir la excitación sexual producida durante el sueño y la aparicion de estos episodios.
Relaciones sexuales
El último consejo que tenemos para reducir las erecciones nocturnas es mantener relaciones sexuales antes de dormir. El proceso de eyaculación libera testosterona, que tiene la capacidad de reducir el deseo y la excitación sexual durante la noche. Este efecto relajante reduce el riesgo de tener esas erecciones nocturnas e incluso puede ayudarte a dormir mejor.
Este consejo solo es adecuado para aquellas personas que no tengan limitaciones físicas o médicas para tener erecciones, por lo que no debe ponerse en práctica por quienes hayan pasado por quirófano o tengan cualquier otra dolencia relacionada con el pene.
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